UN JESUITA EXPLICA QUÉ ES LA CONSOLACIÓN, A PROPÓSITO DEL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
30/10/2016La Paz, 28 de octubre (ANF).- El Sacerdote Jesuita Sunu Hardiyanta, quien es provincial de Indonesia y se encuentra reunido junto a sus compañeros de orden en Roma desde el 2 de octubre en torno a la Congregación General (CG) 36, ha señalado que se debe pedir insistentemente la “consolación”, que no es otra cosa que la predisposición de cargar la “cruz” sabiendo que eso conllevará a la alegría.
El pasado 24 de octubre el Papa Francisco en un histórico acontecimiento, visitó a los jesuitas congregados. Francisco es jesuita y contrario a la tradición fue él quien se aproximó a la Curia Generalicia, a diferencia de otras oportunidades en que los jesuitas visitaban al Papa en el Vaticano.
En el encuentro Francisco habló de tres formas de caminar para la Compañía: la consolación, la compasión y el discernimiento. Explicó que la primera se refiere a que todo jesuita debe “pedir insistentemente la consolación” y saber consolar, llevar la consolación y la verdadera alegría. También invitó a “dejarnos conmover por el Señor puesto en cruz”, quiere decir que la misión es estar cerca de las mayorías que sufren y así ser agentes de la misericordia para trabajar con compasión.
“El Papa Francisco nos invita a experimentar nuestros ejercicios espirituales de una manera viva”, comentó el Padre Sunu.
Dijo que ese pedido del Papa le reafirmó que Dios siempre entrega “su cruz”, pero también entrega “su resurrección”. Le trajo a la mente pasajes de su vida en los que tuvo que cargar la cruz, como cuando perdió a sus hermanos. Sin embargo, aseguró que Dios a él como a su familia, también les dio el don de la resurrección.
“Pedir continuamente la consolación es pedir el valor para cargar la cruz con Él, con nuestros hermanos y hermanas que sufren toda clase de dificultades”, dijo y explicó que cuando visitó grupos de jesuitas trabajando en Papua, experimentó esa consolación por la valentía que esa misión implicaba.
Asimismo, destacó el trabajo que se realiza en las fronteras más lejanas y empobrecidas, dijo que ahí los “jesuitas experimentan una alegría verdadera, una consolación real. Ellos cargan la cruz de Cristo de nuestro tiempo, haciendo posible un futuro a muchos niños y niñas inteligentes pero que no tenían oportunidades de una educación digna”.
“Esta cruz cotidiana es realmente un lugar, una semilla de alegría interior, una anticipación de la profunda consolación de ver jóvenes bien formados y preparados para compartir sus dones con los demás. Ninguno de estos jesuitas se arrepentía de haber sido enviado a esta frontera. Todos experimentan una profunda consolación, la alegría interior, el fruto que piden insistentemente: llevar su cruz de cada día”, añadió.
Dijo que la alegría es similar en las misiones jesuíticas que trabajan con grupos indígenas o en escuelas para los pobres, las parroquias, casas de retiro, universidades y otros apostolados como el Servicio Jesuita para los Refugiados (SJR).
Sobre esa última obra comentó que el sufrimiento de las personas refugiadas, especialmente de los niños y niñas detenidos en centros de inmigración hizo que el personal del SJR y los voluntarios se ofrecieran a ayudar. “Acompañar a los niños y niñas para que aprendan a leer, apoyar a quienes sufren la desolación y la desesperanza y estar con ellos ha sido una experiencia de gracia”.
“Pedir incesantemente la consolación es pedir incesantemente llevar su cruz de cada día con alegría. La consolación de compartir la Alegría de Cristo Resucitado es el fruto de llevar con Él su cruz en nuestra vida y nuestra misión”, concluyó.
Desde el pasado 2 de octubre, 215 jesuitas provenientes de diversos lugares del mundo, se encuentran reunidos en la CG 36. Ya eligieron a su nuevo líder, el Superior General Arturo Sosa, y ahora se encuentran trabajando sobre algunos temas específicos para posteriormente definir los nuevos lineamientos de la Compañía de Jesús, una de las ordenes religiosas más importantes del mundo.
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