Inician proceso de beatificación del P. Pedro Arrupe, SJ
07/02/2019Arrupe, un verdadero hombre de Iglesia
El 5 de febrero, día en el que se cumplen 28 años de la muerte del P. Pedro Arrupe, SJ, se celebró en Roma la sesión de apertura de su proceso de Beatificación. El solemne acto se realizó en la bella «sala de la Reconciliación» del Palacio Apostólico de Letrán, que fue adornada para la ocasión con dos imágenes de Arrupe: un cuadro que cuelga del despacho del Padre General en Roma y la icónica imagen de Arrupe orando a la manera oriental.
La ceremonia fue presidida por el Cardenal Vicario Angelo De Donatis, al que han acompañado el resto de los miembros del tribunal: el delegado episcopal, Mons. Slawomir Oder; el promotor de justicia, Mons. Giuseppe D'Alonzo; el notario, Dr. Marcello Terramani; y el notario asistente, Sr. Francesco Allegrini; así como el postulador de la causa, Pascual Cebollada SJ. La sala se ha llenado de invitados, entre los que destacaba en primera línea el Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ.
Mons. Oder fue el encargado de abrir la ceremonia, recordando su carácter jurídico y explicando que con él se da inicio a «la investigación diocesana sobre la vida, las virtudes heroicas, la fama de santidad y los signos del Siervo de Dios Pedro Arrupe». Posteriormente todos los miembros del tribunal prestaron juramento, prometiendo ejercer su tarea con honestidad y discreción, y rogando a Dios su ayuda para llevarla a buen fin.
A continuación, el Cardenal De Donatis pronunció un discurso en el que no ha escatimado elogios para Arrupe, a quien ha definido como «un verdadero hombre de Iglesia». De Donatis relató con cierto detalle las vicisitudes vitales de Arrupe, concluyendo que Arrupe «intentó integrar los mejores valores de la tradición con los necesarios para adaptar el cristianismo a los nuevos tiempos».
En la lista de contribuciones realizadas por Arrupe destacó la difusión de la espiritualidad ignaciana, su aportación a la comprensión actualizada de la vida religiosa y consagrada, así como su apuesta porque los laicos asumieran sus responsabilidades en instituciones de la Compañía, y en asociaciones como las CVX o el Apostolado de la Oración. Como muestra de su fama de santidad se refirió a la multitud de devotos que tiene Arrupe en todo el mundo, que «se alimentan espiritualmente de sus escritos». También recordó que cientos de comunidades, casas, obras apostólicas y programas en todo el mundo llevan su nombre. Por último, dando su aprobación a la apertura del proceso, ha confiado en que concluya con la confirmación de «un modelo de santidad, aprobado por la Iglesia, para todos los fieles cristianos».
El acto, solemne pero austero por su propio carácter, concluyó con un sencillo canto. Los asistentes, entre los que era palpable la emoción, recibieron con agrado el obsequio de una bella estampa de Arrupe, que reproduce un cuadro que se encuentra en la provincia de Filipinas.
Fuente y fotos: InfoSJ