FINALIZÓ LA CONGREGACIÓN GENERAL CON NUEVOS DECRETOS QUE REGIRÁN A LA COMPAÑÍA DE JESÚS
14/11/2016La Paz, 14 de noviembre (ANF).- Después de haber estado reunidos 42 días, los 214 jesuitas provenientes de diversas provincias del mundo junto al Superior General, Arturo Sosa, han concluido la Congregación General (CG) 36, máxima instancia de gobierno que los convocó para la elección de su nuevo líder y la promulgación de sus nuevos decretos que regirán en adelante para toda la Compañía de Jesús, una de las órdenes religiosas más importantes del mundo.
215 Jesuitas fueron convocados el pasado 2 de octubre debido a la renuncia del Padre Adolfo Nicolás por temas de salud, entonces iniciaron el trabajo de reflexión para así poder elegir a su nuevo líder, lo que desembocó el 14 de octubre en la elección del venezolano Arturo Sosa, el primer no europeo en ser elegido como cabeza de la Compañía en 476 años de historia.
La CG es el único cuerpo que puede establecer los lineamientos que hacen al trabajo interno de la Compañía y aspectos también que hacen a su proceder con el mundo exterior, a través de los “decretos”. Como resultado se tiene el decreto principal fruto de largas conversaciones y debates que se desarrollaron bajo el tema: “La vida y la misión de la Compañía”, que es el documento final.
Asimismo el decreto “Compañeros en una misión de Reconciliación y Justicia” contiene aspectos referidos al manejo interno de la Compañía, pero además al gobierno ordinario de las Casas internacionales de Roma; temas relacionados con las responsabilidades del General y su papel; y, las prácticas económicas o las buenas prácticas sobre la vida interna de las comunidades jesuitas.
También se trató los modos y sus estructuras de Gobierno a fin de mejorar la gestión de la Compañía en el ámbito universal, contenido en el decreto “Un gobierno renovado para una misión renovada”, que hace énfasis en el discernimiento, la colaboración y el trabajo en red, que son las claves del modo de proceder de la Compañía, en la actualidad.
Otro documento fruto de la CG 36 es la carta denominada “Apoyo y de solidaridad con los jesuitas y sus colaboradores que viven en zonas de guerra o situaciones peligrosas”, referida a las situaciones de violencia o de tensión en las que viven muchos jesuitas, es así que mediante un comunicado oficial se expresó la solidaridad a quienes cumplen su misión en las fronteras y lugares más peligrosos del mundo.
Los decretos serán promulgados por el Padre General en cuanto se termine su edición final y su traducción a los diferentes idiomas.
Tras la votación necesaria para decretar el final de la Congregación y las palabras del Padre General, quien enfatizando la importancia de reconocer que es el Señor quien hará crecer la semilla plantada en la CG 36. Posteriormente se dio inició a la eucaristía final en la Iglesia de San Ignacio, parroquia de la Compañía de Jesús en Roma.
La misma estuvo presidida por el General, quien invitó a todos los jesuitas presentes a “Id a predicar el Evangelio”. “Como a los primeros Padres, el Señor nos ha sido propicio en Roma, y nos envía a todos los lugares del mundo y a todas las culturas humanas. Vayamos confiados porque Él trabaja a nuestro lado y confirma con signos inéditos nuestra vida y misión”, dijo.
Sosa en oración pidió a la virgen María que acompañe a los que partirán por los diversos caminos del mundo tras su trabajo en la CG y ayudar a todos los jesuitas a ser testigos auténticos del mensaje de Cristo y que puedan ser también un “reflejo creíble de su rostro en el mundo”. En ese contexto se pronunciaron varias citas bíblicas, como el envío de los apóstoles, en el momento de la Ascensión, a proclamar “la buena noticia a toda criatura”.
En su homilía habló del “discernimiento”, necesario para actuar en la actual coyuntura marcada por las guerras, refugiados, desigualdades y la creciente debilitación de lo político, e invitó “a ver este mundo con los ojos de los pobres y a colaborar con ellos para hacer crecer la vida verdadera”.
Dijo que el discernimiento es el que “invita a ir a las periferias y a intentar comprender cómo afrontar globalmente la integralidad de la crisis que impide las condiciones mínimas de vida a la mayoría de la humanidad y pone en riesgo la vida sobre el planeta Tierra, para abrir espacio a la Buena Nueva”.
“Si abrimos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo y nuestras mentes a la verdad del amor de Dios, no beberemos el veneno de las ideologías que justifican la opresión, la violencia entre los seres humanos y la explotación irracional de las reservas naturales”, subrayó.
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